Es cierto que la ingobernabilidad es un problema bastante grave, así como también es cierto que es bastante común, y por lo regular suele presentarse en una de las etapas más complicadas del ser humano: la adolescencia.
Se trata de la desobediencia de manera categórica de las normas básicas de comportamiento, y se caracteriza por actitudes como: rebeldía excesiva, agresividad, descontrol, y un completo rechazo hacia los símbolos de autoridad, como los maestros de la escuela y principalmente, los padres.
Un centro de rehabilitación para jóvenes con problemas de conducta se encarga precisamente de corregir este tipo de situaciones, y lo hace a través de la implementación de un programa de tratamiento, el cual normalmente consta de distintas etapas; internamiento, terapias grupales, psicoterapia, integración espiritual y prevención de recaídas.
En la primera etapa el joven con problemas de comportamiento es ingresado al centro, siendo normalmente llevado por los padres, y se trata quizás de una de las más complicadas, pues difícilmente el menor aceptará que tiene un problema y usualmente es llevado en contra de su voluntad.
Aquí la labor de convencimiento de los padres, así como su apoyo en todo momento es muy importante, pues sólo así el adolescente sabrá que no está solo y poco a poco, aceptará que su conducta no es la apropiada y será menos renuente al cambio.
Una vez en el centro de rehabilitación para jóvenes con problemas de conducta lo siguiente son las llamadas terapias grupales, en donde de manera conjunta y dirigidos por un especialista, todos los internos comparten sus vivencias y sus sentimientos como parte del proceso de recuperación.
A continuación se lleva a cabo la psicoterapia, un tratamiento que consiste en la aplicación de procedimientos psíquicos y psicológicos, y enseguida la integración espiritual, cuyo objetivo es liberar, equilibrar y lograr sanación e integración humana.
Después de haber pasado por todos estos procesos viene la etapa de prevención de recaídas, pues antes de regresar al exterior debe cuidarse que el enfermo cuente con las herramientas necesarias para no volver a las adicciones.