Sustancias adictivas como la marihuana y la coca, o inclusive el alcohol y el tabaco, son hoy en día algunas de las drogas (unas legales y otras no) más reconocidas (y consumidas) en todo el mundo. Eso ya todos lo sabemos. ¿Pero nunca te has preguntado cómo fue que inició todo? Es decir, ¿cuál es la verdadera historia de las adicciones? Seguramente sí, (por algo estás aquí, ¿no?), así que a continuación vamos a contarte brevemente desde cuándo es que las adicciones están entre nosotros.
La lucha, aparentemente interminable, por acabar con las adicciones, se remonta a los años 1700 A.C., pues fue en el Código de Hammurabi, uno de los primeros conjuntos de leyes más antiguos del que se tiene registro y el cual fue creado en 1728 A.C. por el rey de Babilonia, de nombre Hammurabi, donde se establecía que todos los borrachos debían ser ejecutados, tratando que esto sirviera de ejemplo a los demás.
Eso hablando en lo general, pero en lo particular, para conocer la historia de las adicciones es preciso hablar sobre cada droga, pues todas tienen su propia historia.
Comenzando precisamente por la del alcohol, su origen se encuentra en la prehistoria, siendo descubierto (o al menos eso se piensa) de forma accidental en la pre-agricultura. La preparación de vinos y cervezas ya existía desde entonces, y estas bebidas eran utilizadas en diversas ceremonias religiosas y sociales.
Por otra parte, si creías que la única aportación de Cristóbal Colón había sido descubrir América, te comentamos que el responsable de introducir el tabaco a toda Europa, el cual descubrió precisamente en su primer viaje al ver a los indígenas fumando las hojas de tabaco, quienes las consumías de dos formas: enrollándolas y prendiéndolas, o metiéndolas en pipas. Sir Francis Bacon fue el primero en establecer la naturaleza adictiva del tabaco, siendo Inglaterra el país donde se presentaron los primeros adictos a esta sustancia.
Poco más tarde tenemos el opio, el cual junto con las harinas eran las únicas mercancías que recibían dinero de parte del Estado romano. Y aunque ningún texto romano (ni griego) habla sobre la adicción al opio como sí lo hacen de los alcohólicos, Linnaeus, padre de la botánica, clasifica la base de flor (poppy) como un provocador del sueño.
Hablando de la marihuana (y de paso del hachís), los primeros encuentros del humano con ellos datan del cuarto milenio A.C. en China, pues es ahí donde se han encontraron restos de fibra de cáñamo de fibra. Hoy día, los principales productores de marihuana son México, Colombia, Panamá, Jamaica y Estados Unidos, siendo éste último donde se utilizan las técnicas de cultivo más avanzadas.
En cuanto a la coca se refiere, esta es originaria de los valles andinos, siendo una droga bastante influyente en las culturas indígenas nativas de Sudamérica. La forma de consumirla era mascando la hoja de coca ya fuera con cal, o unida a cenizas vegetales.
¿Recuerdas el opio? Pues fue hasta 1803 cuando el alemán Friedrich Sertuerner descubrió su ingrediente activo, el principium somniferum, mejor conocido como morfina. Casi 100 años después, en 1902, médicos estadounidenses comenzaron a preocuparse por las propiedades adictivas tanto de la morfina como de la heroína.
Finalmente tenemos al café, que surge hacia el siglo X en la península arábiga, compuesta por Arabia y Turquía. Aunque en un principio su consumo fue condenado, rápidamente fue considerado como sustituto del alcohol y facilitadora para poder rezar sin sueño.
Como se puede ver, la historia de las adicciones es tan antigua como la propia humanidad, por lo que no se trata de un problema propio de “estos tiempos”, sino que más bien ha sido atacado con más fuerza en la época actual.