Las adicciones son un problema de salud pública el cual no sólo afecta a la persona que consume algún tipo de droga, sino también a sus familiares más cercanos. De tal manera que, exactamente de la misma forma en que el adicto puede recuperarse y dejar atrás las adicciones, la familia también necesita y tiene derecho a recuperar su vida normal.
De hecho, lo usual es que sea los miembros de la familia sean los primeros en darse cuenta y aceptar que en efecto hay un problema, y debe tratarse. Sin embargo, la obsesión por ayudar al enfermo es tal que se termina por olvidar, y en la mayoría de los casos se ignora, que la familia entera, y no sólo el adicto, necesita pasar por un proceso de rehabilitación.
Es por esta razón que cada vez es más común escuchar de grupos de ayuda para familiares de adictos, los cuales no son otra cosa sino asociaciones que se encargan de lograr la recuperación de los familiares de los enfermos, pues sólo hasta que ellos se encuentren completamente rehabilitados, será cuando podrán ayudar a su familiar adicto para que también pueda recuperarse, no antes.
En la actualidad son varios los grupos de ayuda para familiares de adictos que existen en todo el mundo, y de hecho son varios los que suelen enfocarse en distintos miembros de la familia; Hijos Adultos de Adictos y Familias Anónimas, son un ejemplo de los más conocidos.
Aunque la familia no es la adicta a una sustancia determinada en sí, el programa que siguen estos grupos es básicamente el mismo (incluyendo los famosos “12 pasos”), manteniendo los mismos principios y la misma filosofía; que las adicciones a sustancias son una enfermedad primaria, progresiva, crónica, compulsiva y familiar, la cual puede desencadenar en consecuencias fatales.
De hecho, cabe mencionar que Familias Anónimas es el único grupo (al menos de los más reconocidos) en el que tanto la persona enferma como sus familiares asisten a las mismas reuniones, siendo lo común en los demás grupos que codependentes y adicto acudan a reuniones separadas.