Es muy común llegar a confundirse y que al escuchar de un Centro de Rehabilitación Integral (CRI), se crea que se está haciendo referencia a un espacio físico en donde se atienden a personas que padecen de algún tipo de adicción (normalmente a las drogas), pero no es el caso.
En realidad, existen dos tipos CRI, lo que aumenta aún más la probabilidad de confusión. Uno ellos hace referencia al lugar donde se ofrece atención médica del tipo ambulatoria a aquellas personas quienes padecen de alguna enfermedad mental del tipo crónica o bien, dificultades de integración personal, familiar, social y laboral.
Este tipo de centros deben incluir programas encaminados a que los pacientes adquieran, conserven y/o recuperen habilidades que les permitan contra con una mayor autonomía y desenvolvimiento, mejorando de esta forma su calidad de vida.
Otro tipo de Centro de Rehabilitación Integral, también llamado CRI, es aquél que se especializa en brindar atención médica y paramédica en materia de rehabilitación a personas que cuenten con algún tipo de discapacidad o bien, que corran el riesgo de padecerla.
Lo anterior es llevado a cabo a través de una serie de consultas con médicos especializados, terapias y orientaciones que apoyen su inclusión en los ámbitos familiar, social y laboral.
Todo tratamiento o terapia de rehabilitación en ambos tipos de centros debe buscar que los pacientes reciban la mejor atención posible, siempre de la mano de expertos en sus respectivas áreas y bajo las mejores condiciones posibles, lo cual incluye un espacio apropiado,
De igual forma, es importante destacar que la rehabilitación llevada a cabo en ambos tipos de centros es considerada como integral, debido a que en los dos casos se abarcan tanto aspectos psicológicos como físicos e incluso familiares, pues al final del día de lo que se trata siempre es de lograr que la recuperación de la persona sea lo más pronta posible y gracias a ella, poder retornar a la vida diaria y valerse por sí mismos.