Algo que todos deberíamos saber, es que las consecuencias de todas las drogas pueden dividirse en dos: a corto y a largo plazo. Como tal vez pudieras imaginar, las consecuencias a corto plazo suelen ser menos graves que las que aparecen tras consumirlas en repetidas ocasiones.
No obstante, el problema es que aunque la intención de alguien pudiera ser probar una droga en específico sólo una vez por mera “curiosidad”, varias de ellas suelen ser muy adictivas, por lo que una vez que ingresa al cuerpo nuestro organismo querrá que lo vuelva a hacer, haciendo que cuando menos pensemos ya seamos adictos y suframos sus terribles consecuencias.
Hablando específicamente de los daños de la cocaína a largo plazo, el primer problema se presenta tras un período de abstinencia, y este consiste en la aparición del recuerdo de la euforia que se siente al usarla, lo que muy probablemente termine por provocar un deseo incontrolable por consumirla y al final, sufrir una recaída. Y esto es sólo el comienzo.
Una vez que el organismo es expuesto en reiteradas ocasiones a esta droga, el cerebro comienza a “acostumbrarse a ella”, por lo que para tener las mismas sensaciones de placer de un inicio se necesitará de dosis cada vez más grandes, lo que puede derivar en una sobredosis y con ella, la muerte.
Así mismo, la persona puede volverse más sensible a la ansiedad y las convulsiones. Otros daños de la cocaína incluyen: posible aparición de estados de inquietud, irritabilidad y paranoia. En casos más graves pueden presentarse episodios de psicosis paranoica, o lo que es lo mismo, perder todo el sentido de la realidad y sufrir de alucinaciones auditivas. Mientras su consume se hace más frecuente y la dosis se va en aumento, el riesgo de sufrir efectos adversos tanto psicológicos como fisiológicos aumenta.
Para finalizar, es importante mencionar que los efectos de la cocaína dependen de la forma en que se consume.
Así pues, si la cocaína es inhalada, es común que ir perdiendo poco a poco el sentido del olfato y la presencia de hemorragias nasales, irritación del tabique nasal, problemas para comer y ronquera, así como salida de secreción por la nariz.
Si por otra parte es administrada vía oral, una consecuencia puede ser la reducción del flujo sanguíneo, lo que provoca la aparición de gangrena en los intestinos. Finalmente si la droga es inyectada, además de las marcas que dejan los pinchazos pueden presentarse reacciones alérgicas, y no sólo eso, sino reacciones tan graves como la muerte.